Poco a poco empieza el día,
y mi alma se ha estirado
hasta alcanzar las esquinas
de rincones olvidados...
Soñé que a soñar volvía;
soñé que había soñado
y mi sueño convertía
en un tesoro preciado...
Y ha llegado la mañana:
del sueño no he despertado...
A. López
No hay comentarios:
Publicar un comentario